El mes de noviembre terminó con subidas importantes en todos los mercados.
- S&P 500: +5,73%
- Nasdaq: +5,23%
- Stoxx Europe: +0,96%
- All Country World Index EUR: +6,76%
- Índice renta fija global EUR: +3,14%
La elección de Trump como presidente de Estados Unidos fue un revulsivo para la bolsa norteamericana, aunque no tanto para el resto de los índices. ¿Tendrán algo que ver los potenciales nuevos aranceles? Otro efecto Trump fue la fuerte subida del bitcoin que aumentó un 39% y en el año, un +123%. ¿A qué se debe? ¿Cómo puede ser que un activo digital, es decir que no es tangible ni se puede tocar, pueda subir con tanta fuerza?
Para algunos, el bitcoin es el nuevo dinero que sustituirá al que conocemos hoy en día. Para otros, será una burbuja similar a la de los tulipanes en el siglo XVII en los Países Bajos, donde se llegó a comprar una variedad de tulipán cultivada en Holanda por 12 acres, unos 48.000 metros cuadrados) de terreno edificable. Poco después sobrevino una fuerte crisis en este país porque la gente se había endeudado para invertir en esta planta[1].
Para determinar si es un absurdo o no, primero debemos comprender qué es el dinero, su origen y evolución. Prometo no aburrir.
En los orígenes de las transacciones no existía el dinero; las operaciones se hacían mediante el intercambio directo, conocido como trueque. Las familias producían lo necesario para sobrevivir y, si tenían excedentes, los intercambiaban por otras necesidades como alimentos, ropa u otros bienes. Por ejemplo, si un agricultor tenía trigo y necesitaba zapatos, buscaba a un zapatero para cambiarle el trigo por los zapatos. Sin embargo, este tipo de intercambio era ineficiente por varias razones, como explica Murray Rothbard en su libro Historia del pensamiento económico[2]:
- Doble coincidencia de necesidades: Es difícil que dos personas coincidan en el tiempo y en las necesidades que tienen.
- Indivisibilidad de bienes: Si quiero cambiar una gallina por una vaca y la vaca vale más, ¿Qué hago, corto la vaca por la mitad?
- Imposibilidad de almacenar valor: Si lo que tengo para intercambiar son alimentos perecederos y tardo mucho en hacerlo, pueden pudrirse y perder su valor.
Dios le da al hombre las armas de la inteligencia y la voluntad para poder utilizar los bienes que le ofrece la naturaleza y así cubrir sus necesidades. De manera espontánea y evolutiva, el hombre comienza a pensar en cómo puede solventar todos esos problemas, y surge así la idea del dinero. ¿Cómo? Se necesitaba algo que cumpliera con una serie de características que solucionaran los problemas anteriores:
- Divisibilidad: Que permita realizar transacciones de diferentes valores, para comprar la vaca o la gallina.
- Durabilidad: Que perdure en el tiempo sin perder sus características.
- Portabilidad: Que se pueda transportar sin dificultad.
- Escasez relativa: si la producción de ese “dinero” fuera a discreción e ilimitada, el deseo de producirlo también sería ilimitado, lo que probablemente resultaría en una pérdida de valor. Esto es importante porque, en cierta medida, es algo que sucede hoy en día.
- Aceptabilidad: Que sea un bien generalmente aceptado.
Se daba un salto muy importante en las transacciones, resolviendo numerosos problemas y haciendo que el comercio fuera mucho más eficiente, permitiendo que los bienes llegaran a mayor número de personas.
Pero, ¿Qué podría ser ese “algo” cumpliera todas esas características? Se probaron muchos bienes como trigo, cebada, conchas, sal (de ahí el nombre de salario), hasta que surgió la idea de utilizar la plata y/o el oro, que eran materiales que si cumplían con todas esas características. Finalmente, el oro desplazó a la plata porque se le otorgaba mayor valor.
El oro se convirtió en el dinero generalmente aceptado y surgió el intercambio indirecto. Si alguien vendía una vaca y la otra persona no tenía un bien homogéneo para intercambiar, daba el oro correspondiente al valor que se le daba a la vaca. Como el oro era valorado por todo el mundo y no perdía el valor porque nadie podía producir a discreción de manera ilimitada, se guardaba ese oro hasta que se tenía la necesidad de comprar otro bien (gallinas, zapatos, trigo, etc.)
Si alguien poseía grandes cantidades de oro, no era fácil transportarlo sin riesgo de pérdida o robo. Por ello, se comenzó a guardar en entidades que, a cambio de custodiarlo, emitían un certificado que servía como medio de pago, ya que acreditaban que se tenía oro en la entidad correspondiente. La mente humana seguía y sigue creando según sus necesidades.
Esto funcionaba bien, pero la mente humana crea tanto para lo bueno y para lo malo, incluso creyendo que es para algo bueno. Las monarquías europeas financiaban sus gastos, generalmente bélicos, a través de impuestos que además debían ser aprobados en parlamentos, lo cual era una limitación. Por ello, buscaron vías alternativas para gastar más. ¿Cómo? Con el oro sólo podían gastar según las existencias que hubiera, pero si emitían más certificados que el oro existente, tendrían más dinero. ¿Era posible que todo el mundo fuera a sacar su oro del banco? era poco probable, por lo que se abría un filón interesantísimo de financiación para esas monarquías (algo que, en cierta medida ocurre hoy en día).
¿Quién fue el primero? El Banco de Inglaterra, que por cierto era privado, suspendió la convertibilidad[3] “temporalmente” entre los años 1797 y 1821 para financiar las guerras napoleónicas. Básicamente, podía emitir ilimitadamente. ¿Cuál era el riesgo? emitir por encima de las necesidades reales y generar inflación, además de que el dinero en circulación sería superior al oro existente (hasta cierto punto, sigue sucediendo en la actualidad). Luego le siguieron otros países, como Francia, Alemania o Estados Unidos. Pero seguía habiendo una ligazón con el oro, y por tanto, una cierta limitación, ya que si un país gastaba mucho utilizando este método, el resto sabía que tendría problemas en el futuro y dejaban de financiarlo. Incluso la propia población, y esto es importante para entender luego el bitcoin, vendía la moneda y compraba otra cosa que mantuviera el valor, como arte, propiedades, etc.
Ya en la antigüedad se reducía el oro o la plata de las monedas y se sustituía por una aleación más barata para disponer de más cantidad para gastar. Sin embargo, el resultado final era un aumento de los precios, es decir, inflación. El jesuita Juan de Mariana denunciaba esta práctica, afirmando “Reducir el contenido de metal en la moneda es un fraude indigno de un príncipe honrado, pues roba a los súbditos bajo la apariencia de justicia”[4].
En 1913 nace la Reserva Federal, la famosa FED, el banco central de Estados Unidos con el fin de ser el prestamista de última instancia en caso de crisis bancaria. Si un banco enfrentaba una crisis de liquidez, acudía al banco central para obtener financiación. La FED es un consorcio público- privado “independiente” del Estado (lo pongo entrecomillas porque eso no se lo cree nadie). Es la autoridad monetaria del país y se encarga de aumentar o reducir la masa monetaria (imprimir dinero o no) según la necesidad.
Hasta 1933 existía lo que se conoce como patrón oro, es decir, el sistema monetario en la que la unidad de la moneda estaba vinculada directamente a una cantidad fija de oro. En 1933, Roosevelt suspendió la convertibilidad del oro debido a la Gran Depresión e incluso confiscó el oro en poder de los ciudadanos y prohibió su posesión, ¡¡en ESTADOS UNIDOS!! En 1971, Nixon abandonó el patrón oro y nació lo que conocemos hoy como dinero fiduciario. ¿Qué es esto? Es un tipo de dinero que no tiene valor intrínseco (es sólo un papel) y cuyo valor depende de la confianza y aceptación de las personas como medio de intercambio, sin estar respaldado por ningún bien tangible, como el bitcoin.
Tenemos los ingredientes para imprimir dinero ilimitadamente a discreción del político de turno. ¿El riesgo? Generar inflación, o lo que es lo mismo, la depreciación de la moneda.
Para que os hagáis una idea de la depreciación del dólar desde el fin del patrón oro, es decir, desde que se puede imprimir ilimitadamente, en este gráfico podéis ver su evolución: una pérdida de su valor del 98% con respecto al oro. Y eso que estamos hablando del dólar, la moneda reserva mundial.
Fuente: Bloomberg
La voracidad de gasto estatal ha llevado a una pérdida de un 98% del poder adquisitivo. Llegados a este punto, ¿por qué mantenemos dinero en nuestras cuentas si poco a poco nos van quitando poder adquisitivo a través de la inflación? Por una razón fundamental: el Estado nos obliga a pagar impuestos en la moneda del país, es decir, es moneda de circulación forzosa.
¿Se va entendiendo por qué el bitcoin se ha hecho famoso? El bitcoin nace por el deseo de tener un medio que mantenga el valor y que, con el paso del tiempo, se convierta en medio de pago generalmente aceptado. Surge con una estructura totalmente descentralizada, imposible de manipular, al menos hasta hoy y ha habido intentos, debido a la infraestructura en la que se sustenta: el blockchain, donde todos los usuarios validan de alguna manera cada transacción. Además, la oferta está limitada a 21 millones y, si hay demanda, mantendrá el valor. Es decir, reúne dos características que muchos valoran a la hora de mantener un medio de pago, que en el momento de necesitarlo no haya perdido valor y que pueda intercambiarse por un bien. Nadie puede producir más a discreción y la oferta limitada.
Ahora bien, ¿será el bitcoin la moneda de circulación generalmente aceptada? Sinceramente no lo sé. Acaba de nacer, el oro tardó mucho tiempo en ser reconocido como dinero. Además, su futuro es incierto por diversas razones, lo que explica su volatilidad. Este puede ser el mayor freno para atesorar bitcoins.
Por tanto, esto no es una recomendación de inversión, simplemente quería dar una explicación personal de por qué algo intangible atrae tanto interés (me refiero a bitcoin y no al resto de criptomonedas que conozco menos). No creo que sea semejante a la burbuja de los tulipanes por lo comentado; creo que tiene mucho más fundamento, pero sólo el tiempo dirá si realmente llega a ser un medio de pago generalmente aceptado.
Alexandre Dumas decía “No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es buen siervo y un mal amo”. El dinero es un medio y no un fin en sí mismo. Ha permitido una mayor eficiencia en los intercambios comerciales, facilitando el acceso a determinados bienes a un mayor número de personas, incluyendo bienes de primera necesidad. Si tratamos el dinero como un fin, sería como el joven rico que, aunque cumplía los mandamientos y preguntó a Jesús qué tenía que hacer para conseguir la vida eterna. Jesús le respondió que vendiera todo lo que tenía y lo diera a los pobres y el joven se fue triste porque tenía mucho[5].
Tengo la impresión de que actualmente se compra el bitcoin como un fin en si mismo, lo que explica la alta especulación. Sin embargo, no debemos pensar que esto es irracional. En mi opinión, subyace algo más importante: la búsqueda de un activo que mantenga su valor frente a la inflación. Puede ser oro, obras de arte, bienes inmobiliarios y por qué no, el bitcoin. No es de extrañar que en países con alta inflación, como Nigeria o Argentina, sea donde más se compra bitcoin.
[1] La manía del tulipán: el primer crack bursátil
[2] HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO – 3ª EDICIÓN (CLÁSICOS DE LA LIBERTAD) : Rothbard, Murray Newton: Amazon.es: Libros
[3] Se puede emitir certificados sin respaldo del oro.
[4] Tratado y discurso sobre la moneda de vellón: Mariana, Juan de