La inversión coherente con la fe, también conocida como Faithful Investing, abarca una variedad de estrategias de inversión que se alinean con creencias religiosas o éticas. Estos enfoques integran objetivos financieros con principios morales o espirituales, reflejando una tendencia creciente entre los inversores que buscan tener un impacto positivo más allá de los rendimientos financieros. En el ámbito de la inversión coherente con la fe, se emplean varios métodos y enfoques, cada uno con sus criterios de selección, sus filtros positivos y negativos y sus estrategias de compromiso y defensa.
Criterios de selección:
Los criterios de selección constituyen la base de las estrategias de inversión coherentes con la fe y guían la selección de inversiones que se ajustan a valores religiosos o éticos específicos. Estos criterios suelen incluir factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), junto con principios religiosos como la adhesión a prácticas empresariales éticas, el respeto de los derechos humanos y la gestión medioambiental. Por ejemplo, un enfoque de inversión cristiana puede hacer hincapié en valores como el apoyo a la cultura de la vida, libre de aborto, anticoncepción, armas indiscriminadas o eutanasia.
Análisis positivos y negativos:
La selección positiva implica la búsqueda activa de inversiones que contribuyan a resultados sociales o medioambientales positivos en consonancia con las creencias religiosas o éticas. Esto puede implicar invertir en empresas que den prioridad a iniciativas de sostenibilidad, proyectos de desarrollo comunitario o prácticas laborales éticas. Por otro lado, los filtros negativos implican excluir inversiones que entren en conflicto con valores religiosos o éticos. Entre las exclusiones más comunes se encuentran las empresas implicadas en la investigación con células madre embrionarias y la fabricación de anticonceptivos, o aquellas con un historial deficiente en materia de derechos humanos o gestión medioambiental. La selección negativa pretende garantizar que las carteras de inversión se mantengan alineadas con la brújula moral de los inversores, evitando la complicidad en actividades consideradas moralmente objetables.
Compromiso y defensa:
Las estrategias de compromiso y defensa son componentes integrales de la inversión coherente con la fe, que permiten a los inversores influir en el comportamiento de las empresas y promover un cambio positivo. El compromiso implica una comunicación activa con las empresas en las que los inversores tienen acciones, abogando por la mejora de las prácticas morales, la transparencia y la conducta ética. Esto puede incluir el diálogo con la dirección de la empresa, la presentación de resoluciones por parte de los accionistas o la participación en votaciones por delegación para promover objetivos sociales o medioambientales específicos. Al comprometerse directamente con las empresas, los inversores tratan de fomentar el diálogo y la colaboración en favor de prácticas empresariales responsables.
La defensa de intereses va más allá del compromiso individual con una empresa y se extiende a esfuerzos más amplios dirigidos a dar forma a las normas del sector, las políticas públicas y las normas sociales. Los inversores pueden colaborar con organizaciones afines, participar en iniciativas del sector o apoyar medidas legislativas y reglamentarias que coincidan con sus valores.
Inversión coherente con la fe:
La inversión católica busca alinear las decisiones financieras con los principios y valores de la fe católica. Este enfoque incluye la selección de acciones y fondos de inversión católicos y otros tipos de fondos de inversión que se adhieren a los criterios éticos y morales establecidos por la Iglesia. Las empresas de inversión católicas desempeñan un papel crucial a la hora de guiar a los inversores hacia oportunidades que no sólo sean sólidas desde el punto de vista financiero, sino también éticamente responsables. Altum Faithful Investing se basa en las Altum Investment Guidelines, que se fundamentan en la Doctrina Social de la Iglesia, garantizando que las inversiones realizadas sean coherentes con los valores y enseñanzas católicas. Altum ayuda a los inversores cristianos a invertir de forma coherente, siguiendo criterios basados en la fe.
En conclusión, la inversión coherente con la fe engloba una serie de métodos y enfoques destinados a alinear los objetivos financieros con los valores religiosos o éticos. Mediante criterios de selección, filtros positivos y negativos, y estrategias de compromiso y defensa, los inversores tratan de crear carteras que reflejen su compromiso con la responsabilidad social, la gestión medioambiental y la conducta ética. Al integrar los principios basados en la fe en las decisiones de inversión, los inversores no sólo persiguen la rentabilidad financiera, sino que también se esfuerzan por tener un impacto positivo en la sociedad y en el mundo en general.