La inversión y la vida de la Iglesia no son dos realidades opuestas, sino dos ámbitos que deben dialogar entre sí. La pregunta surge con frecuencia: si el Evangelio llama al desapego de los bienes materiales, ¿puede la Iglesia invertir? La respuesta de la Iglesia en los últimos documentos es clara: no solo es posible, sino que en muchos casos es necesario, siempre que se trate de una inversión coherente con la fe, ética y orientada al bien común.
La inversión como responsabilidad cristiana:
La Iglesia tiene la responsabilidad de administrar sus bienes temporales de la mejor manera, para poder así seguir apoyando sus misiones pastorales, caritativas y sociales. Las enseñanzas de la Iglesia nos recuerdan que el dinero no es un fin en sí mismo, y las inversiones no deben estar destinadas simplemente a un objetivo lucrativo, sino que pueden ser un medio para promover el bien común.
Por eso, las inversiones de la Iglesia deben evitar promover sectores que contradigan este principio, como la pornografía, el aborto, las adicciones o la explotación laboral. Existen diferentes herramientas que permiten identificar si una inversión va en contra del Magisterio de la Iglesia, y las comentamos más adelante.
Qué dice hoy la Iglesia: Mensuram Bonam y la Doctrina Social
En noviembre de 2022, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral publicó “Mensuram Bonam: Medidas basadas en la fe para inversores católicos”, con el objetivo de ofrecer orientaciones concretas para la inversión católica en un contexto global complejo, marcado por desafíos tecnológicos, sociales y ambientales.
Este documento, en continuidad con la Doctrina Social de la Iglesia, subraya que la Iglesia no debe permanecer al margen del mundo financiero, sino participar en él para transformarlo desde dentro. Además, nos recuerda que el dinero nunca es el objetivo último, sino un medio para servir al hombre y al bien común. La economía y las finanzas tienen una profunda dimensión ética y toda inversión debe estar orientada a la dignidad de la persona, la vida humana, la familia y el cuidado de la creación.
Herramientas profesionales para garantizar la coherencia: Altum Investment Guidelines, Altum Explorer y Altum App
Para poder hacer posible la inversión coherente con la fe, en Altum Faithful Investing, contamos con las Altum Investment Guidelines, un marco ético único en el sector financiero, que indica con claridad, a la luz del Magisterio y de la Doctrina Social de la Iglesia cómo invertir en coherencia con la fe católica.
Las Altum Investment Guidelines se aplican en el análisis ético de cada compañía, que además se muestra en la aplicación Altum App; una herramienta gratuita que permite a cualquier persona consultar si una empresa entra en conflicto o no con la fe católica. Por último, para inversores profesionales, existe de Altum Explorer, la herramienta profesional de análisis de referencia para la inversión coherente con la fe católica, utilizada por asesores financieros de todo el mundo para el análisis ético de carteras.
En definitiva, la inversión católica es una dimensión esencial de la misión de la Iglesia y puede ser un motor de cambio. Cuando la Iglesia invierte de manera moralmente acorde a su doctrina, está llevando su misión un paso más allá, apoyando empresas cuya actividad principal e iniciativas fomentan la economía y están orientadas al bien común.
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